jueves, 8 de septiembre de 2011

El placer del baño

El niño me mira curioso, desde su placentero baño, en palangana recién adquirida, en el medio de ese terreno imposible, volcánico. No sabe a qué atenerse ante este "muzumgu" que lo mira y lo enfoca con una cosita metálica. El niño es un refugiado en un campo en Goma (República Democrática del Congo), pero el no lo sabe. Su madre, de la que se atisba su presencia en la foto, se encuentra, junto con otras mujeres, en el lavadero. Ella sí que sabe qué significa eso de ser un "refugiado". A lo mejor, es de las que cose para ganarse unas monedas, o es quizá la que recoge leña para cocinar.... o quizá sea la que acarrea ese enorme bulto en su cabeza... Las mujeres, en Africa, son la columna vertebral de esta sociedades rotas. Llevan la carga de sus familias, en condiciones extremas, extremadas, trabajan como mulas, se buscan la vida, ahorran, y lo hacen con gracia, con una sonrisa, hasta con estilo y con elegancia... El niño tiene suerte de tener una madre, que le pone agüita, y le restrega la piel y le quita los parásitos, y lo alimenta con lo que puede conseguir.... El "muzungu" guarda su cámara, y sigue su visita al campo, pensando, mientras camina, en cómo mejorar los suministros, cómo anticipar los imponderables, cómo contribuir a mejorar algo las condiciones de esas personas que te miran, con curiosidad, sin odio, pero con tristeza. El "muzungu" piensa en los emigrantes que se buscan la vida en los pueblos de España, los valientes que han osado huir de su miseria... y piensa en los Albioles y en los Angladas y en los Aznares que les niegan el pan y la sal, por que no son "muzungus" de ojos claros, ni tampoco famosos ni son ricos

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