martes, 29 de enero de 2013

LES DESORIENTÉS
Acabo de terminar el último libro de Amin Maalouf, "Les desorientés". Otra agradabilísima oportunidad de sumergerse en las reflexiones de una persona sensible, sensitiva, alerta, consciente, con dudas razonables, con preguntas sobre todo y sobre todos y, a la vez, atisbando respuestas e insinuando posturas ante los graves problemas que este siglo XXI nos trae.
Maalouf insiste en sus ideas ya pergeñadas en Identidades Asesinas, sobre la necesidad de aceptación del Otro, sobre la necesidad de generosidad a lo hora de mirar a los demás. Lo que no impide una mirada crítica, e incluso, dura, sobre otras ideas. Pero siempre desde el respeto, que creo que viene del latín "rescipere", que significa "ponerse en el lugar de otro". Maalouf sitúa la acción de este libro, el escenario que ayuda a situar a los personajes, en su Levante natal, tan querido. Un país tan peculiar, y a la vez tan cercano a todos nosotros, porque encierra en unos pocos kilómetros cuadrados todo un universo de creencias, posturas ante la vida, religiones e ideologías, una cohoorte de facciones y tribus que se pelean y se reconcilian continuamente, todo aliñado por un mismo sentimiento mediterráneo de pertenencia y un paisaje lleno de olores y aromas y colores, esos, si, compartidos por todos.
Un libro imprescindible en esta época. Un libro que te da respuestas, pero que, sobre todo, te da preguntas clave sobre qué nos pasa a la humanidad hoy, que reflexiona sobre el eterno conflicto árabe-israelí, por ejemplo, sin decantarse en un fácil buenos-malos... En fin, olé Maalouf, de nuevo. Larga vida a este hombre que ilumina el túnel de este siglo que va ser, si los dioses no lo impiden, incluso peor que el pasado

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